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Carlota Fariña

ENOTURISMO EN MONVERDE WINE EXPERIENCE HOTEL

No hace falta irse muy lejos para sentirse brevemente de vacaciones. A tan solo tres horas de coche desde mi ciudad, encontramos el maravilloso viñedo Quinta da Lixa, nacido en 1986, al que hace tres años decidieron añadir un hotel muy peculiar para vivir una experiencia de enoturismo: el hotel Monverde Wine Experience. Un escenario único en la región vinícola conocida como «Entre Douro y Minho», a 60 km de Porto y especializado en vinho verde. 

Justo el año pasado en octubre estuve tanto en Portugal como en los viñedos de St. Emilion en Francia, a las afueras de Bordeaux. En esta ocasión fui al país luso como regalo de cumpleaños para Thomas y lo cierto es que la elección no pudo ser más acertada.

El hotel cuenta con 30 habitaciones y las superiores ofrecen una vista perfecta sin perder intimidad gracias al efecto ventanal-espejo que funciona como puerta corredera. Una bañera con vistas a las uvas a punto de recoger o una terraza desde donde realizar un picnic con el único sonido de los pájaros son otras de las experiencias que vivimos desde la comodidad de nuestro cuarto.

Hay varios senderos que transcurren entre las más de 20 hectáreas de viñedos y que se pueden recorrer a pie o en una de las bicicletas que tienen a disposición. Además el hotel cuenta con una piscina exterior con bar y un spa muy completo con piscina interior, sauna y máquinas de gimnasio.

En el edificio principal, hay un restaurante que además de la carta cuenta con menú degustación y un gran salón-wine bar con vistas increíbles a sus 18 hectáreas de vides, donde uno de los días realizamos una cata de sus vinos.

Aunque la Quinta está especializada en vinho verde, lo cierto es que también producen un rosado que tuvimos ocasión de probar ese día. De sus vinos blancos, entre el Albariño y el Loureiro, nos gustó más éste último, aunque bien es cierto que ambos se cultivan también en Galicia.

Además de disfrutar el hotel, decidimos conocer otras zonas de alrededor donde nunca habíamos estado. Cogimos el coche, medio indispensable para moverse en esta parte de Portugal, y visitamos Amarante. Se trata de una ciudad al margen del río Támega muy característica por su gran iglesia y puente romano. Por aquí son muy famosos los «Beijinhos de Amor», un dulce que se puede encontrar en cualquiera de las numerosas confiterías que hay en la población.

No lejos de ahí puedes visitar también Braga y Guimarães, ciudades famosas por su santuario la primera, y por su castillo la segunda. Nosotros decidimos seguir la ruta hacia el Restaurante Pena, que encontré navegando por internet y que tenía muchas ganas de probar. Carta reducida y local situado también en una quinta. Como fuimos de noche y las fotos las hice con el móvil, no las cuelgo en el blog sino en la página de Facebook, pero quiero resaltar sin duda el helado de queso de cabra con manzana caramelizada.

En definitiva un fin de semana de cumpleaños muy completo y que os recomiendo si sois amantes del vino. Poder disfrutar de alojamientos de este tipo tan cerca de casa es toda una suerte.

 

Fotografía: Carlota Fariña

Más en Instagram: #lotainportugal

 

 

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