Llevábamos tiempo con ganas de echar una mirada hacia el Atlántico desde otra esquina de la costa y lo hicimos hace unos días tanto desde un punto de vista geográfico como gastronómico. A poco más de media hora en coche de casa empieza la costa del término municipal de Arteixo, sembrada por muchas aldeas y pueblos que ofrecen unas magníficas vistas al océano.
Hoy visitamos las playas y recovecos de Caión y aprovechamos para comer en el restaurante Furna Atlántica. Probamos un riquísimo salpicón de bogavante y gambas, con pinto, rape y lubina. Venía muy bien presentado y servido con aceitunas negras deshidratadas.
También tomamos una navajas fresquísimas y unas volandeiras de primerísima calidad, todo preparado a la plancha. Para terminar, quisimos darnos el capricho con una tarta de queso al horno y la clásica “de la abuela” en una clave más ligera.
Fue una muy buena experiencia, muy recomendable tanto la visita al pueblo así como la casa de comidas. Al finalizar fuimos a dar una vuelta por el paseo marítimo de Arteixo.
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